lunes, 26 de mayo de 2008


+++ CONFLICTOS GENERACIONALES +++

El médico ingles Ronald Gibson, comenzó una conferencia sobre conflictos generacionales, citando cuatro frases:

1.) “Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos”


2.) “Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible”.


3.) “Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos”


4.) “Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura”.


Después de estas cuatro citas, quedó muy satisfecho con la aprobación, que los asistentes a la conferencia, daban a cada una de las frases dichas.

Recién entonces reveló el origen de las frases mencionadas:

La primera es de Sócrates (470 - 399 AC)
La segunda es de Hesíodo (720 AC)
La tercera es de un sacerdote del año 2.000 AC
La cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia (Actual Bagdad) y con más de 4.000 años de existencia.


En conclusión, Padres y Madres de familia:


“ RELÁJENSE PUES SIEMPRE FUE ASÍ Y ASI CONTINUARA...”

sábado, 5 de abril de 2008

LO IMPOSIBLE ES A VECES LO NUNCA INTENTADO


Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas. Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes y así pudieron ir mar adentro todavía más lejos. Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a la costa a entregar el pescado. Si el viaje redondo tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.

A los japoneses no les gusta el sabor del pescado cuando no es fresco. Para resolver este problema, las compañías pesqueras, instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Además, los congeladores permitían a los barcos ir aún más lejos y por más tiempo.

Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el pescado fresco, y no les gustó el pescado congelado. El pescado congelado se tenía que vender más barato.

Así que las compañías instalaron tanques para los peces en los barcos pesqueros. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques, mantenerlos vivos hasta llegar a la costa de Japón. Pero, después de un poco de tiempo, los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados pero vivos. Desafortunadamente, los japoneses también notaron la diferencia del sabor. Porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor “fresco – fresco”.

Los japoneses prefieren el sabor de los peces bien vivos y frescos, no el de los peces aburridos y cansados que los pescadores les traían. ¿Cómo resolvieron el problema las compañías pesqueras japonesas? ¿Cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco? Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?

Tan pronto como alcanzas tus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar tus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea. Tal vez pierdas la pasión. Ya no necesitarás esforzarte tanto, así que solo te relajas. Experimentas el mismo problema que las personas que se ganan la lotería, o el de aquellas personas que heredan mucho dinero y que nunca maduran, o el de las personas que se quedan en casa, que se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la mejor solución es sencilla. Lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50. “Las personas prosperan, extrañamente más, solo cuando hay desafíos en su medio ambiente”. Hubbard escribió en su libro Los beneficios de los desafíos: “…mientras más inteligente, persistente y competente seas, más disfrutas un buen problema…”

Si tus desafíos son del tamaño correcto, y si poco a poco vas conquistando esos desafíos, te sientes feliz. Piensas en tus desafíos y te sientes con energía. Te emociona intentar nuevas soluciones. Te diviertes, ¡te sientes vivo!

Así es como los peces japoneses se mantienen vivos: para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras todavía ponen a los peces dentro de los tanques en los botes pesqueros. Pero ahora ellos ponen también ¡UN TIBURÓN pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos… ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, para mantenerse vivos.

En lugar de evitar los desafíos, brinca hacia ellos y dales una paliza. Disfruta el juego. Si tus desafíos son muy grandes o son demasiados, nunca te rindas. El fracaso te cansará aún más. Mejor, reorganízate. Encuentra la determinación, la información, el conocimiento y la ayuda que requieras.

Cuando alcances tus metas, proponte otras mayores. Una vez que satisfagas tus metas familiares, busca alcanzar las metas de tu grupo, tu comunidad, hasta de la humanidad completa. Nunca crees el éxito para luego acostarte sobre él. Tú tienes recursos, habilidades y capacidades para lograr lo que te sueñas, para ser la diferencia, para lograr el cambio que te propones.

Así que, invita un tiburón a tu tanque, y descubre ¡qué tan lejos realmente puedes llegar! ¡Suerte¡

martes, 25 de marzo de 2008

¿Qué nos pasa?

Artículo publicado en El Heraldo de Chihuahua, el día 21 de Octubre de 2007.
Por la Sra. Mónica Ruiz.

Bueno, pero... ¿Qué nos pasa? Qué es lo que nos hace suponer que alguien más tiene la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos, si nosotros, que se supone que somos los que más los amamos, no queremos tomar esa responsabilidad?

Es ridículo ver esas mesas redondas, en las cuales funcionarios públicos, dueños de bares y discotecas, miembros de comités ciudadanos y medios de comunicación se culpan unos a otros por algo que no es más que falta de responsabilidad de nosotros los padres.

Que si en los bares le venden alcohol a menores; que si los agentes de tránsito reciben sobornos, que si no cierran estos lugares a la hora señalada. ¿Pero en dónde están los padres de este menor que tomó más de la cuenta? ¿Quién lo recibe en su casa a esas horas y en ese estado? ¿Quién le dio dinero para entrar en el bar, para el alcohol y para el soborno? ¿Dónde están los padres que le dieron el carro a un menor que no es capaz de hacerse responsable y maneja aunque esté tomado?

¡Por favor! En qué piensan los padres de esos jóvenes que salen de su casa a las 11 de la noche, habiendo empezado a tomar desde en la tarde, durante el partido de Tigres contra Rayados? ¿Y en qué están pensando los padres de la jovencita de 16 o 17 años, que va a conseguir jalón de regreso con la mamá de fulanita, sin querer enterarse de que esa mamá ni siquiera está en la ciudad? Por qué queremos pasarles la responsabilidad de decidir en manos de quién ponen su vida si todavía no son capaces de decidir de qué color pintarse el pelo, hoy con rayitos, mañana mejor negro.

Por qué les damos permiso a nuestras hijas de irse a dormir después de la disco a casa de una amiga y cargamos la responsabilidad de llevarlas (si es que en realidad las llevan), a los novios de 19 o 20 años quien sabe a qué hora y no sabemos ni cómo, pues puede ser que tome de más ¿Por qué queremos creer que son maduros y responsables si nosotros mismos no lo estamos siendo?


Nos volvemos ciegos a los peligros por comodidad, nos hacemos los “buena onda”. “Es que yo sí le tengo confianza a mi hija”. Lo que tenemos es MIEDO !!, flojera, no queremos actuar como padres.

Nuestros hijos no necesitan que seamos sus amigos. Ellos ya tienen un montón de amigos de su edad. Lo que nuestros hijos necesitan, son padres valientes y responsables, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan. ¿Cómo va a depender la seguridad de mi hijo del barman de un antro, o del agente de tránsito, o del dueño de la disco si cumple la ley y cierra a las 2:00 a.m., en lugar de las 6:00 a.m.?

Yo creo que sí debería haber una ley. Pero para los padres de familia. Yo creo que sí debería de haber un horario, pero el que los padres pongan en su casa independientemente de la hora que cierren los antros. ¿De qué tenemos miedo, papás? ¿Por qué no podemos poner reglas? ¿Por qué no podemos exigir que se cumplan? Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, autoridad a quien respetar, no existiríamos los padres.

Se nos encomendó una misión muy especial, la más grande: "Colaborar con Dios en la Creación" y es a nosotros a quien se nos pedirá cuentas por nuestros hijos, no al dueño del bar, no al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, no al policía, no al maestro... ¡a nadie más!

Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, si nosotros no podemos hacerlo. No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos lo que nosotros no queremos hacer.

ACTUAR COMO PADRES es muy difícil, claro, oír de ellos “es que todos te tienen miedo, papá”, pues no importa! No estamos en campaña de elecciones para el papá más popular del año, ya cada quien tiene el padre que le tocó y sería estúpido poner en peligro la seguridad de nuestros hijos por quedar bien con sus amigos.

Es terriblemente injusto, además, de que estén en peligro jóvenes que sí tienen reglas en su casa, que saben que al llegar, estarán esperándolos sus padres, desvelados pero contentos de saber que se divirtieron, y orgullosos de comprobar que van madurando y que actúan de acuerdo a lo que se les están tratando de inculcar: Libertad con Responsabilidad.

Es horrible oír de muertes de muchachos así, que han tenido la desgracia de toparse con esos otros jóvenes, hijos “Huérfanos” de padres “buena onda”. No estaría mal ganarnos el respeto de nuestros hijos, tomando las riendas de su vida, haciéndonos responsables de su hora de llegada, de lo que toman, de sus calificaciones, haciéndoles saber lo que esperamos de ellos y creando los medios para ayudarles en su lucha para conseguirlo.

Pongamos los pies en la tierra, seamos conscientes...
Los jóvenes lo único que necesitan, es que ACTUEMOS COMO PADRES!!

Principio del Vacío


Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos? Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa que en el futuro podrá hacer falta? Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo?

Y ¿que estará pasando dentro de usted? Acaso usted tiene el hábito de guardar peleas, resentimientos, tristezas, miedos, etc? No haga eso. Es anti-prosperidad.


Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida. Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea. Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.

Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted no usa más. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.


Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.

Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:

1. Usted no confía en el mañana.
2. Usted cree que lo nuevo y lo mejor, NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.

Deshágase de lo que perdió el color y el brillo, y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo.

(Escrito por: Joseph Newton)

jueves, 6 de marzo de 2008

El Samurai


Cerca de Tokio vivía un gran Samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes. A pesar de su edad corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha.

Conocía la reputación del Samurai y fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama. Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío. Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzó a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos -ofendiendo inclusos a sus ancestros-. Durante horas, hizo todo por provocarlo pero el viejo permaneció impasible.

Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró. Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron: Cómo pudiste maestro, soportar tanta indignidad? Por qué no usaste tu espada aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?

El anciano maestro samurai respondió: “Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio? A quién intentó entregarlo, respondió uno de los alumnos. Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quién los llevaba consigo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Cuídate de los Camiones de Basura



Por: David J. Pollay

¿Con que frecuencia permites que las tonterías de otras personas cambien tu estado de animo? ¿Permites que otro conductor te haga enojar si vas manejando, o un mesero grosero, o un jefe cortante o un empleado insensible arruine tu día?

A menos que seas “Terminator” por un instante llegarás a estar algo molesto. Sin embargo, lo que distingue a una persona exitosa, es lo rápido que puede enfocarse de nuevo en lo que realmente es importante. Hace 16 años que aprendí esta lección. La aprendí en el asiento trasero de un taxi en Nueva York.

Me subí a un taxi y partimos para la estación "Grand Central". Íbamos en el carril derecho cuando de repente un coche negro salió de pronto de un cajón de estacionamiento justo frente a nosotros. El chofer freno con fuerza, dio un patinazo, y por unos pocos centímetros evito chocar con el otro carro. El conductor del otro coche, el que casi causo un accidente, volteo su cabeza y empezó a gritarnos con muchas palabrotas. El taxista solo sonrió y le saludo amable. Así que, yo le pregunte, "¿Por que hizo eso?" Ese loco por poco destruye su auto y nos manda al hospital.

Entonces el taxista me dijo lo que ahora llamo “La Ley del Camión de Basura”. Muchas personas son como un camión de basura. Andan llenos de basura, llenos de frustración, enojo, y decepción. Ya que se les va amontonando la basura, necesitan un lugar en donde puedan tirarla. Si se lo permites, te la echan a ti.

Cuando alguien quiere echar su basura sobre ti, no lo tomes en forma personal. Solo sonríe, saluda, deséale lo mejor, y sigue adelante. Estarás feliz de haberlo hecho. Así que, esto era la “Ley del Camión de Basura”. Empecé a pensar, ¿Cada cuanto permito que los camiones de basura me atropellen? Y, ¿cada cuanto tomo la basura que llevan y la riego sobre otras personas: en el trabajo, en mi casa, en las calles?

Fue ese día que dije: “ya no voy a hacer eso”. Empecé a ver muchos camiones de basura. Veía lo que llevaban. Veía cuando llegaban para vaciar la basura. Y como mi taxista, ya no lo tomo en forma personal. Solo sonrío, saludo, deseo lo mejor y sigo adelante. Uno de mis jugadores favoritos de fútbol americano de toda la historia, Walter Payton, hizo esto todos los días en el campo de fútbol. Tan pronto como caía al suelo después de ser tacleado, se ponía de pie. Nunca se quedaba pensando en el evento. Payton estaba listo para hacer que la siguiente jugada fuera la mejor.

Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima junta. Los padres buenos saben que tienen que recibir a sus hijos con abrazos y besos cuando regresan de la escuela. Los maestros y padres saben que tienen que estar totalmente presentes y dando lo mejor para las personas que les son importantes.

La gente exitosa no permite que los camiones de basura tomen el control de su día. ¿Y tú? ¿Que pasaría en tu vida, empezando hoy, si permitieras que mas camiones de basura pasaran sin que te afectaran? Apuesto que estarías más feliz. Así que, ama a las personas que te tratan bien. Olvídate de las que no lo hacen. Cree firmemente, que todo sucede por una razón. Si se te presenta una oportunidad, tómala. Si algo cambia tu vida, deja que te cambie. Nadie dijo que sería fácil. Solo prometieron que valdría la pena.


“Se mas amable de lo que es necesario, porque cada persona con la que te topas esta peleando alguna batalla”.

lunes, 18 de febrero de 2008

El mejor momento de mi Vida

Era 15 de junio, y en dos días estaría cumpliendo treinta años. Yo estaba inseguro acerca de entrar en una nueva década de mi vida y temía que mis mejores años quedaran ahora detrás de mí. Mi rutina diaria incluía ir al gimnasio, hacer ejercicios antes de ir a trabajar.

Cada mañana me veía en el gimnasio con mi amigo Nicolás, quien ya tenía setenta y nueve años de edad y se encontraba en excelente forma. Este día en particular, Nicolás notó que yo no me encontraba con mi acostumbrada actitud llena de vitalidad y preguntó que si algo estaba mal.

Le dije que me sentía preocupado por cumplir treinta. Me pregunté ¿cómo me gustaría mirar hacia atrás en mi vida una vez que haya llegado a la edad de Nicolás? Entonces le pregunté: "Nicolás, ¿Cuál fue el mejor momento de tu vida?"

Sin ninguna duda, Nicolás respondió: "Bueno, José, esta es mi respuesta filosófica a tu pregunta filosófica:

“Cuando yo era niño en Austria y mis padres se preocupaban de todo por mí, mi comida, mi ropa, mi salud, etc. ese fue el mejor momento de mi vida.”

“Cuando yo iba a la escuela a aprender las cosas que sé hoy, ese fue el mejor momento de mi vida”.

“Cuando obtuve mi primer trabajo, responsabilidades y fui pagado por mis esfuerzos, ese fue el mejor momento de mi vida”.

“Cuando conocí a mi esposa y me enamoré, ese fue el mejor momento de mi vida”.

“La segunda guerra mundial llegó, mi esposa y yo tuvimos que huir de Austria para salvar nuestras vidas. Cuando estábamos juntos y en condiciones de seguridad a bordo de un buque con destino a América del Norte, ese fue el mejor momento de mi vida”.

“Cuando llegamos a Canadá e iniciamos una familia, ese fue el mejor momento de mi vida”.

“Cuando yo era un joven padre, el ver a mis hijos crecer, ese fue el mejor momento de mi vida”.

“Y ahora, José, tengo setenta y nueve años de edad. Tengo salud, me siento bien y estoy enamorado de mi esposa como lo estaba cuando nos vimos por primera vez. Este es el mejor momento de mi vida”.
(Enviado por Consuelo Isabel Tróchez)

jueves, 14 de febrero de 2008

EN EL DIA DE LA AMISTAD

¿ Que hay más grato que oír la voz de un amigo, mirar su cara sonriente o sentir la calidez de su abrazo? Una de las bendiciones más bellas de la vida es tener un amigo con el que podamos discutir libremente nuestros temores y compartir entusiastamente nuestros sueños. Alguien que nos acepte tal como somos, a pesar de nuestros defectos.
Un amigo verdadero nos anima, nos conforta, nos acoge como un gran sillón y nos ofrece un refugio a salvo del mundo. Un amigo verdadero permanece a nuestro lado en los buenos y en los malos tiempos. Un amigo verdadero nos escucha cuando necesitamos exponer un problema. Un amigo verdadero contesta el teléfono a medianoche y no se molesta por ello.
Un amigo verdadero nos defiende del mundo. Hablamos de "amigos" y de "conocidos" porque sabemos la diferencia. A los conocidos los encontramos, los disfrutamos y podemos dejarlos atrás fácilmente: pero la amistad echa hondas raíces. Aun cuando estemos separados por el tiempo y la distancia, la amistad continua creciendo y madurando. Todos hemos vivido la experiencia de encontrar a un viejo amigo después de muchos años y descubrir que somos capaces de renovar nuestra relación como si la separación solo hubiera durado unos minutos.

Un proverbio nigeriano dice: "Sostén con ambas manos a un amigo verdadero". Los amigos verdaderos y fieles son, no cabe duda, un tesoro: tocan nuestros corazones y fortalecen nuestro espíritu con sus palabras, su toque, y algunas veces solo con el mero hecho de estar ahí, sin decir palabra.
"Un padre es un tesoro, un hermano es un consuelo, un amigo es ambos". Benjamín Franklin.
A la pregunta: "¿Que es un amigo?"
su respuesta fue: "Un alma que habita en dos cuerpos"
Aristóteles.