martes, 25 de marzo de 2008

¿Qué nos pasa?

Artículo publicado en El Heraldo de Chihuahua, el día 21 de Octubre de 2007.
Por la Sra. Mónica Ruiz.

Bueno, pero... ¿Qué nos pasa? Qué es lo que nos hace suponer que alguien más tiene la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos, si nosotros, que se supone que somos los que más los amamos, no queremos tomar esa responsabilidad?

Es ridículo ver esas mesas redondas, en las cuales funcionarios públicos, dueños de bares y discotecas, miembros de comités ciudadanos y medios de comunicación se culpan unos a otros por algo que no es más que falta de responsabilidad de nosotros los padres.

Que si en los bares le venden alcohol a menores; que si los agentes de tránsito reciben sobornos, que si no cierran estos lugares a la hora señalada. ¿Pero en dónde están los padres de este menor que tomó más de la cuenta? ¿Quién lo recibe en su casa a esas horas y en ese estado? ¿Quién le dio dinero para entrar en el bar, para el alcohol y para el soborno? ¿Dónde están los padres que le dieron el carro a un menor que no es capaz de hacerse responsable y maneja aunque esté tomado?

¡Por favor! En qué piensan los padres de esos jóvenes que salen de su casa a las 11 de la noche, habiendo empezado a tomar desde en la tarde, durante el partido de Tigres contra Rayados? ¿Y en qué están pensando los padres de la jovencita de 16 o 17 años, que va a conseguir jalón de regreso con la mamá de fulanita, sin querer enterarse de que esa mamá ni siquiera está en la ciudad? Por qué queremos pasarles la responsabilidad de decidir en manos de quién ponen su vida si todavía no son capaces de decidir de qué color pintarse el pelo, hoy con rayitos, mañana mejor negro.

Por qué les damos permiso a nuestras hijas de irse a dormir después de la disco a casa de una amiga y cargamos la responsabilidad de llevarlas (si es que en realidad las llevan), a los novios de 19 o 20 años quien sabe a qué hora y no sabemos ni cómo, pues puede ser que tome de más ¿Por qué queremos creer que son maduros y responsables si nosotros mismos no lo estamos siendo?


Nos volvemos ciegos a los peligros por comodidad, nos hacemos los “buena onda”. “Es que yo sí le tengo confianza a mi hija”. Lo que tenemos es MIEDO !!, flojera, no queremos actuar como padres.

Nuestros hijos no necesitan que seamos sus amigos. Ellos ya tienen un montón de amigos de su edad. Lo que nuestros hijos necesitan, son padres valientes y responsables, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan. ¿Cómo va a depender la seguridad de mi hijo del barman de un antro, o del agente de tránsito, o del dueño de la disco si cumple la ley y cierra a las 2:00 a.m., en lugar de las 6:00 a.m.?

Yo creo que sí debería haber una ley. Pero para los padres de familia. Yo creo que sí debería de haber un horario, pero el que los padres pongan en su casa independientemente de la hora que cierren los antros. ¿De qué tenemos miedo, papás? ¿Por qué no podemos poner reglas? ¿Por qué no podemos exigir que se cumplan? Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, autoridad a quien respetar, no existiríamos los padres.

Se nos encomendó una misión muy especial, la más grande: "Colaborar con Dios en la Creación" y es a nosotros a quien se nos pedirá cuentas por nuestros hijos, no al dueño del bar, no al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, no al policía, no al maestro... ¡a nadie más!

Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, si nosotros no podemos hacerlo. No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos lo que nosotros no queremos hacer.

ACTUAR COMO PADRES es muy difícil, claro, oír de ellos “es que todos te tienen miedo, papá”, pues no importa! No estamos en campaña de elecciones para el papá más popular del año, ya cada quien tiene el padre que le tocó y sería estúpido poner en peligro la seguridad de nuestros hijos por quedar bien con sus amigos.

Es terriblemente injusto, además, de que estén en peligro jóvenes que sí tienen reglas en su casa, que saben que al llegar, estarán esperándolos sus padres, desvelados pero contentos de saber que se divirtieron, y orgullosos de comprobar que van madurando y que actúan de acuerdo a lo que se les están tratando de inculcar: Libertad con Responsabilidad.

Es horrible oír de muertes de muchachos así, que han tenido la desgracia de toparse con esos otros jóvenes, hijos “Huérfanos” de padres “buena onda”. No estaría mal ganarnos el respeto de nuestros hijos, tomando las riendas de su vida, haciéndonos responsables de su hora de llegada, de lo que toman, de sus calificaciones, haciéndoles saber lo que esperamos de ellos y creando los medios para ayudarles en su lucha para conseguirlo.

Pongamos los pies en la tierra, seamos conscientes...
Los jóvenes lo único que necesitan, es que ACTUEMOS COMO PADRES!!

Principio del Vacío


Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos? Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa que en el futuro podrá hacer falta? Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo?

Y ¿que estará pasando dentro de usted? Acaso usted tiene el hábito de guardar peleas, resentimientos, tristezas, miedos, etc? No haga eso. Es anti-prosperidad.


Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida. Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea. Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.

Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted no usa más. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.


Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.

Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:

1. Usted no confía en el mañana.
2. Usted cree que lo nuevo y lo mejor, NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.

Deshágase de lo que perdió el color y el brillo, y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo.

(Escrito por: Joseph Newton)